LA LUNA: ¿CRUEL DESENGAÑO?

19 de agosto de 2009



Se han cumplido cuarenta años de la supuesta llegada del hombre a la Luna.
Digo "supuesta" porque los especialistas en conspiraciones cada vez dan más argumentos para justificar que fue un montaje.

Uno de ellos es la existencia de un cinturón de radiaciones electromagnéticas, el Anillo de Allen, que rodea la Tierra. Atravesarlo sin la protección adecuada, es mortal, y, en aquella época, que un cohete espacial dispusiera de ésta, sería tan pesado y costoso, que se hacía imposible que una nave espacial levantara el vuelo.

Otro de los motivos para dudar, sería que no hemos aprovechado la llegada a la luna. No me puedo creer que, como dicen los de la Nasa, no haya nada explotable en nuestro satélite. Los de este planeta aprovechamos y robamos todo lo que sea, cueste lo que cueste. Y, al menos, podría servir para investigar y explorar el satélite o para crear una base para pegar el salto hacia otros planetas. ¿No tenemos la tecnología, el dinero o el interés? Me extraña.

Por último, y hay muchísimas razones más para la duda, están las misteriosas palabras que los astronautas han soltado con cuentagotas acerca de qué vieron o del futuro de la navegación espacial. Está claro que hay mucho de lo que no hablan y mucho lo que esconden detrás de sus extraños mutismos.

¿Qué efecto tendría en nosotros que fuera falsa la llegada del hombre a la Luna?
Para empezar, se acabó creer en los políticos, científicos, periodistas, directores de cine... que nos han hecho creer que eran ciertas unas imágenes que se han repetido con orgullo durante décadas.

Orgullo... Supone pensar que es totalmente falsa esa sensación que nos hacía levantar la cabeza y, al ver la Luna, pensar que teníamos otra perspectiva que no fuera la vulgaridad del mero sobrevivir. Que, si no nosotros, habría alguien que podría viajar más allá en un futuro. Que, si nos esperaba algún tipo de catástrofe, alguno de nuestros hijos podría sobrevivir huyendo de nosotros mismos. Que, si había otros seres fuera de la Tierra, podríamos estar en un futuro a su altura y llegaríamos a comunicarnos con ellos. Incluso que ellos podrían salvarnos de nosotros mismos y de nuestra destrucción.

¿Qué va a ser de todos los admiradores de las películas de ciencia ficción, si se confirma que no hemos salido del planeta? ¿Qué va a ser de los desesperados ecologistas que sostienen sus ánimos pensando que viajar a otros planetas puede salvarnos de la catástrofe?

¡Cuán grande es la soledad de sentirnos en nuestra jaula azul, aislados de todo lo que pueda existir fuera, si hay algo!

En definitiva. ¿en quién vamos a creer a partir de ahora? Todo lo que leemos, todo lo que nos dicen, puede ser falso. Seríamos víctimas de nuestros líderes políticos, que no haría más que mentirnos para controlarnos o para conseguir sus intereses, sean los que sean.

Los románticos sobrevivieron a la llegada a la Luna. Nada perdieron. Pero, ¿sobrevivirán los soñadores frikis a una realidad que consiste en gritarles a la cara que todos sus sueños galácticos son vanos?

¡Oh Dios mío! Yo sólo sé que me dan unas ganas de llorar tremendas. ¡Qué soledad rodeada de azul en la noche estrellada!