TETEMARI, EN EL PAÍS DE LAS FRIKIMARAVILLAS

11 de octubre de 2010


       Lo reconozco: somos una familia de frikies.

       No, no somos freaks. Que no, que somos frikies. Caray, que es diferente.

       Me explico: un freak es un monstruo; un friki es una persona especial porque tiene intereses diferentes al resto de los mortales. Ver definición en wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Friki .

       Sin embargo, la misma wikipedia no tiene las ideas muy claras. De hecho, les pone el mismo origen inglés y los confunde: http://es.wikipedia.org/wiki/Freak.

       Lo que quiero decir es
.que cuando llega la hora de comer, de pronto nos encontramos cuatro personas que hablan de los temas más estrafalarios, todos mezclados y a menudo escuchados al unísono. Eso, cuando consigues concentrarse en lo que se dice, porque el agotamiento es grande cuando llegas a sentarte, después de llevar adelante el trabajo, la familia y la casa.

       Se oye juntas y revueltas, además de conversaciones más convencionales tipo "chicos, trabajo y estudios" otras referidas a series americanas de fantasía, ciencia ficción o similares; motos y coches, especialmente eléctricos; teorías filosófico-científicas relacionadas con el ser humano, su comportamiento (especialmente su estupidez) y su irreductible machismo; slot (léase cochecitos de Scalestrix o similares); psicología y sus ad lateres (como la inutilidad del psicoanálisis o el uso de los ratones para conocer el comportamiento humano); la posibilidad de un holocasto zombi (esto, con un poco de coña, pero perfectamente aceptado junto a Freud y el odio al psicoanálisis); informática; la RAE y sus diccionario, con el que compartimos frecuentemente el postre; política;  las teorías conspirativas tipo Expediente X, según las cuales unos extraterrestres y su platillo volante fueron encontrados y escondidos hace décadas por los americanos, y de allí la rapidez en la evolución de la tecnología actual; las series españolas y extranjeras y lo buenos que están los yogurcitos que hay allí; la universidad; la gente; los mangas (http://es.wikipedia.org/wiki/Manga) o los animes ( http://es.wikipedia.org/wiki/Anime); la pintura de Van Gogh, especialmente la Noche estrellada ( http://www.spanisharts.com/history/del_impres_s.XX/neoimpresionismo/imagenes/van_gogh_noche_estrellada.jpg); Star trek y otras maravillas de la ciencia ficción o de la fantasía; la música de Rogen Whitaker (http://es.wikipedia.org , /wiki/Roger_Whittaker



la de Extremoduro



o de Sinatra...


    de los ordenadores y demás chismes eléctricos o electrónicos que siempre tenemos rotos; de la famila; de libros, muchos libros, muchísimos libros, por ejemplo de Terry Pratcher, novelas románticas o obras como el Lazarillo de Tormes: películas, incluidas las de zombis, o, simplemente de cocina.   

       No es de extrañar que, acabada la comida, de lo que tengas ganas es de una tradicional siesta española. Estás más cansada que cuando llegaste,... pero más divertida.

        Luego está nuestra forma de vestir. Yo, de tacones de aguja y vestido de marca, si acaso en algunas bodas; mi ideal en la vida son los pantalones cortos, camiseta y botas camperas. Lo que pasa que la edad y los volúmenes...; una de mis hijas es monocolor, o sea, va de negro de arriba a abajo y llena de pinchos, aunque ahora está descubriendo otros colores, como Colón descubrió América; la otra, se esconde (y muy bien escondida, porque es la más friki de todos) en la normalidad aparente; y mi marido, de traje de chaqueta, lo mínimo. Lo normal es verlo de motero y lo más habitual, con su casco, con lo cual no se le ve nada.


       Total, que cuando el otro día me preguntó mi marido si tiraba una botella semivacía que rodaba con cada curva en el maletero del coche (híbrido, por supuesto, de algo han servido los extraterrestres), lo primero que se me ocurrió fue decirle que mejor la dejábamos allí. Que no se sabía qué podía pasar en el apocalipsis zombi. Mi marido me miró a los ojos, dijo un "¡ah!" tranquilo y siguió adelante.

       La botella ha permanecido dos meses más, hasta que ayer me preguntó lo mismo. Yo dije que lo podíamos quitar, que, en realidad no serviría para mucho, y una de mis hijas, que llevaba una botella pequeña semivacía, sugirió que se podría dejar la suya, que ocupaba menos espacio y haría menos ruido.

       No dejamos ninguna de los dos.

       ¿Nos estaremos volviendo más normales? o ¿es que seremos normales?