Llega el día de la reflexión.
Todos hemos perdido a alguien. Cada uno lo asume como puede.
Es una extraña sensación. Es saber que nunca más volveremos a ver al ser querido. Nunca volveremos a hablar con él; nunca nos contará ninguna de sus experiencias. Todo lo sentido y vivido por él, desaparecerá.
Qué desperdicio. Es terrible.
Y así, generación tras generación; vida tras vida.
Nos quedan, por ahora, los recuerdos: sonrisas; despedidas silenciosas como oraciones; la duda de si pudo haber sido de otra manera; de si podíamos habernos entendido mejor.
Las nanas apenas escuchadas en el lecho del dolor. La música, así, se convierte en otro recuerdo que no adormece, sino que despierta los recuerdos.
Los escondidos reproches por no haber sido escuchados y comprendidos.
¿Es de extrañar que todas las civilizaciones busquen una forma de recuperar lo que si no sería irrecuperable? Ahí está el cielo y el infierno; la reencarnación, la recuperación de la energía,...
Yo, por mi parte, espero viajar por el espacio, libre y flotando. Consciente de lo que me rodea. Aprendiendo, siempre aprendiendo. Conocer mundos desconocidos, observarlos.
Espero que algo de mí quede... y que no sólo sea el recuerdo en mis hijas y sus descendientes.
Esa esperanza es lo único que nos queda.
2 comentarios:
Tere, espero que con el tiempo vayamos asumiendo este sentimiento que compartimos pue nos duele y nos entristece. Esta reflexion nos puede hacer comprender a otras personas que igualmente compartió de una forma mas cercana la vida durante mas de 40 años con el. Solo nos queda la alegría de recordar los buenos momentos que vivimos con el.
Ellos no se van del todo, cada vez que los recordamos es como si revivieran, así siempre los tendremos en el corazón.
Mi nieta Natalia y sobrina vuestra, una vez siendo pequeña y viéndome triste por la muerte de un amigo me dijo: "Mira Yaya, ewstá sentado en los cuernos de la Luna, al lado de mis bisabuelos y desde allí nos está sonriendo", desde entonces cuando recuerdo a alguien que se fué, miro hacia la Luna y siempre logro verlo.
Vuestro Padre tambien está alli, Tia Pili
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