HUELGA

30 de septiembre de 2010
Estoy perdida.

No hago más que trabajar dentro y fuera de casa, intentando satisfacer a todo el mundo y no llego a nada. Me duele el cuerpo. Me duele el alma.

Hace tiempo dejé de ser ciudadana y me siento subdita.

Ya no creo en nada.Ya no creo en mi trabajo, ni en esta sociedad que hace que se me curve cada vez mi espalda y que no haga más que intentar que mi sonrisa no se borre de mi cara.

Pero mi cara ya parece una máscara.

He hecho huelga ni siquiera porque crea en los sindicatos, que no sirven para nada. La he hecho por amor propio, porque debo reivindicar que soy un ser humano y no un tornillo en una máquina. No me importa el dinero que me van a quitar. Al final se lo llevará Hacienda.

Quiero creer que aún tengo un poco de dignidad, aunque en el fondo sé que la perdí hace décadas. Me queda el orgullo de intentar sobrevivir a mi propia insignificancia.

Quiero que mis hijas tengan posibilidad de tener, si no un trabajo digno, al menos... no sé. El sentimiento de que sus padres han luchado por ellas.

Porque nosotros ya somos esclavos de un sistema y ellas serán todavía más insignificantes ante ese monstruo empresarial que se lo come todo.



No hay esperanza.

5 comentarios:

Mª Pilar dijo...

Hace cinco minutos, he visto en la tele, a la Vicepresidente del Gobierno en amigable compañía con Cándido Mendez.
Se supone que las huelgas, se hacen para conseguir algo de un Gobierno, y en este caso no ha servido para nada, se debvía haber hecho hace tiempo pero no ahora.
La huelga ha sido un paripe y así lo ha entendido la gente, por su escasa participación, y hubiera sido menor si no hubiesen funcionmado unos violentos que han impedido de diversas maneras que muchas personas pudiesen ir a sus trabajos.
No están los tiempos para que te rebajen dinero de las escasas nóminas.

Un abrazo

Tia Pili

tetemari dijo...

Tía, hoy hablé con una compañera que hizo la huelga. Coincidía con ella en mucho.
La hizo por una cuestión de ética: no es justo que los derechos que tenemos, que se han conseguido en siglos, se pierdan cuando el problema básico es una crisis creada por grandes empresas y bancos, que quieren ser aún más ricos y poderosos.
No soy tan inocente como para pensar que entre los trabajadores todos somos angelitos. También somos culpables de muchos desaguisados. Pero la mayor parte lo único que queremos es seguir trabajando y que los demás también trabajen.
Ahora, será mucho más fácil que te despidan y sin motivo real. Ya son muchas las grandes empresas con beneficios que prejubilan a sus trabajadores con el beneplácito del gobierno. ¿Qué va a pasar ahora? ¿Qué va a pasar con mis hijas, con los tuyos y con tu nieta?

Anónimo dijo...

Hola Tetemari, he entrado de nuevo en tu blog y sigo constatando que sigues siendo la Terete pura y sensible de siempre, aunque con algo menos de energía.

Yo no he secundado la huelga, aunque coincido contigo en todo lo que escribes,... y no la he seguido precisamente por no sentirme más manipulada de lo que me siento.
Que el modelo capitalista hace aguas y no puede mantener el bienestar social al que estamos acostumbrados es una realidad, y que las medidas que se tomen siempre van a ser dolorosas para los de siempre es otra realidad impepinable, pero el asunto es de tanta trascendencia que implica una necesidad de transformación general vital y no tirar una chinita al mar por el recorte de nuestros ya maltrechos derechos. En la huelga del 29 me suena mucho el discurso dogmático de el patrón explotador que arrebata los derechos a los trabajadores... y esa no es la realidad que yo veo, sino más bien la de los empresarios amargados machacados por los impuestos y la de los que manejan las riendas del poder, que siempre van a salir indemnes de todo a pesar de nuestras protestas y pataleos.

Todo está globalizado y la manipulación e ignorancia de lo que sucede es de tal calibre que me parece pueril seguir el juego de los que de alguna forma son corresponsables de lo que está sucediendo.La transformación social no va a venir por la acción de los sindicatos sino por la nueva ideología que está germinando y que apunta a la teoría del decrecimiento.
Un beso

tetemari dijo...

Ahora estoy muy cansada, pero te responderé más adelante o no.
Como tú dices, ya las fuerzas no me alcanzan y ya no creo en ninguna ideología. Salvo unos pocos que consiguen huir de las ideologías tradicionales, del propio egoísmo y de la propia complacencia, no pienso que nadie esté libre del pecado de ... yo que sé.
Desde mi pequeña parcela, me conformo con sobrevivir a una exageración de trabajo dentro y fuera de mi casa y a aspirar a que a mi marido no lo prejubilen injustamente y que mis hijas y los que me rodean tengan algún futuro. Cada vez lo veo más difícil.
Y desde la realidad que vivo entre los alumnos del instituto, no veo más que lobos comiéndose a lobos y a ignorantes gobernando a ignorantes.
Incluso los desheredados de la tierra tradicionales carecen de inocencia. A mí me han machacado y me siguen machacando día a día... incluso queriendo ayudarlos. Y no me lo he merecido.
Ahora, a tirar como podamos.
Por cierto, ¿dónde está el límite de esa desaceleración? ¿Es el mismo para todos?
¿Hasta qué punto nos permitiremos desacelerarnos cada uno, tú y yo? ¿A qué te responsabilizas en la desaceleración? ¿Es justo que se le pida a alguien que ha luchado a brazo partido contra la vida que le ha tocado vivir y que ahora sale adelante un poco, que retroceda por mor de la teoría de la desaceleración? ¿Desacelerará Zapatero? ¿Desacelerará el creador de la teoría de la desaceleración o se rodeará de maravillosas huríes como sucede en tantas ideologías religiosas o no? Mira a nuestros políticos y la erótica del poder. Hasta el más pintado se ha buscado mujeres de repuesto más jóvenes y bonitas.
Desaceleración, sí. Pero teoría de la desaceleración y gurús y demás, no gracias.
Soy ingenua, pero mucho menos de lo que parece. Me ha tocado bregar mucho y no he salido indemne en absoluto.
En cuanto a empresarios, conozco los justos. Y todos hacen trampa con sus impuestos y son mucho más ricos que yo, aunque hayan luchado mucho menos.
Ya que generalizamos y por tanto somos injustos, seamos injustos con todos.
Bueno, me voy a la cama y mañana seguiré diciendo más tonterías.

Anónimo dijo...

yo pienso que quien quiera hacerla que la haga pero quien no no yo hice la huelga y falté al instituto

Publicar un comentario